Han pasado cuatro siglos desde que Pedro Calderón de la Barca creara, allá por 1635, La vida es sueño, y la obra sigue tan vigente como entonces, los personajes viven las mismas pasiones que nosotros y comparten nuestros defectos. El dramaturgo Pedro Víllora ha tomado el texto original para hacer una extraordinaria versión del clásico, manteniendo todas las virtudes y puliendo aquello que pudiera resultar extraño al lector o al espectador actual. Víllora acerca el lenguaje y el ritmo a nuestro tiempo y mantiene intacto el drama filosófico y las preocupaciones de Calderón de la Barca: la caída, el pecado original, la expiación, el destino del hombre, el debate entre libre albedrío y predestinación; desengaña ante las vanidades del mundo y nuestras ilusiones; nos recuerda la miseria que es el hombre sin educación, sin cultura, sin valores que lo formen; ataca a quienes pretenden sofocar la libertad bajo el pretexto de evitar sus extravíos y nos enseña las terribles consecuencias de las ideas de aquellos que incitan a las guerras civiles entre personas de una misma nación separados por ideas absurdas, irracionales.
Afirma en el prólogo Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del Teatro Español: "Siempre he sentido una extraña y misteriosa atracción por esta obra. Una atracción morbosa. Desde mi primer encuentro, me atrapó la peripecia humana de esta terrible familia, regia y clásica que abarca no sólo al Rey, al Príncipe y sus sobrinos, sino también a guardianes, criados y servidores. Es la hora trágica de España. Su gran fracaso histórico. Los pilares que habían sostenido el Imperio, la Monarquía y la Iglesia, atraviesan la crisis más grave de su historia. Adiós a la hegemonía europea, adiós a los invencibles tercios castellanos, adiós al magisterio de la Iglesia. De este panorama desolador nacerá el nuevo mundo." Calderón de la Barca escribió una obra eterna y Pedro Víllora nos la ofrece tan viva como si hubiera sido escrita hoy mismo.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (Madrid, 1600-1681) Abandonó los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida revuelta de pendencias y juego; mujeriego y vividor, tuvo serios problemas en el ámbito familiar, fue Caballero de la Orden de Santiago, anduvo enredado en un homicidio, y al modo tradicional español, sentó la cabeza en sus últimos años. Es autor de obras como El alcalde de Zalamea, El médico de su honra, El gran teatro del mundo, A secreto agravio secreta venganza, La dama duende o No hay burlas con el amor, entre otras.
PEDRO VÍLLORA (La Roda de Albacete, 1968) Ha publicado en Ediciones Irreverentes Poderosas, obra ganadora del VIII Premio El Espectáculo Teatral, y El juglar del Cid. Es secretario Académico de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). Más información en www.pedrovillora.com